Francia derrotó al local en la final 25-22 y se consagró campeón de la 24° edición del Mundial. Se trata del quinto título del mundo -los anteriores 1995, 2001, 2009 y 2011- para el conjunto galo que también ostenta el campeonato olímpico y europeo.
El equipo conducido por Claude Onesta se coronó campeón invicto, con ocho victorias y un empate. En ese camino, finalizó primero del Grupo C tras derrotar a República Checa 30-27, a Egipto 28-24, a Argelia 32-26, a Suecia 27-25 e igualar con Islandia 26-26. Luego, venció en octavos de final a Los Gladiadores 33-20; en cuartos, superó a Eslovenia 32-23, en semifinales 26-22 a España y por último, 25-22 a Qatar en el encuentro decisivo.